En múltiples entornos industriales, el uso de materiales férricos como el acero presenta limitaciones frente a determinadas exigencias técnicas. Es en este contexto donde los alambres no férricos adquieren protagonismo, gracias a propiedades como la alta conductividad eléctrica, la resistencia a la corrosión o la ausencia de magnetismo.
Repasamos las principales tipologías de alambre no férrico utilizadas en la industria, sus características funcionales y las normativas que regulan su producción y uso.
El término “no férrico” se refiere a metales y aleaciones que no contienen hierro como componente principal. Esto da lugar a comportamientos físico-mecánicos muy distintos a los de los aceros convencionales.
Algunas propiedades técnicas clave:
Estos materiales se seleccionan por funcionalidad, fiabilidad y comportamiento específico en el entorno de uso.
Cobre (Cu-ETP, Cu-OF)
Latón (CuZn37, CuZn38Pb2, CuZn39Pb2)
Bronce (CuSn6, CuSn8)
Aluminio y aleaciones (1050A, 2024, 5754, 6082, 7075…)
Los alambres no férricos se fabrican cumpliendo con normativas internacionales como:
Las posibilidades de suministro del material en cuanto a estados de dureza van desde recocido hasta dureza de resorte, y los formatos abarcan alambre redondo, plano, cuadrado o perfilado bajo plano, suministrado en rollos, bobina, carrete plástico o varilla.
La elección del material depende no solo del entorno, sino también del método de fabricación y de las condiciones de servicio final (temperatura, fatiga, corrosión, etc.).
En un contexto donde la ingeniería de materiales es cada vez más especializada, el conocimiento sobre los comportamientos técnicos de los metales no férricos resulta esencial para tomar decisiones informadas.
El alambre no férrico permite responder a retos donde los aceros estándar no son viables: desde la transmisión eléctrica hasta la precisión mecánica o la ligereza estructural. Comprender sus propiedades y normativa asociada es clave para integrarlos eficazmente en procesos industriales exigentes.